REVISTA MAGNA
BUENOS AIRES
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La estrategia kirchnerista infiere que mientras “menos” sean las chances de Scioli y “menos” las posibilidades de Macri, “más” serán las propias de vencer el año que viene.
Un viejo proverbio chino indica que “si realmente quieres que algo se concrete, nunca admitas cuanto lo deseas ni exageres tu interés; sino todo y todos se conspirarán para impedirlo”. Una vez más, se podrá encontrar en la sabiduría oriental el trasfondo de la pelea y enfrentamiento que la Presidenta mantuvo encarnizadamente con Daniel Scioli en los últimos meses, y con Mauricio Macri esta semana.
Detrás de estas peleas individualistas o personales se esconde la verdadera razón del problema que acoge a Cristina Fernández de Kirchner. No es, como muchos piensan, la proyección del Gobernador bonaerense o el Jefe de Gobierno porteño como candidatos presidenciales en el 2015 lo que verdaderamente le preocupa. Quizás sí sea un atenuante, pero no hay que irse tan lejos en el tiempo para encontrar el objeto del conflicto, sino que el ultra kirchnerismo piensa en el 2013 cuando menoscaba las imágenes de estos dos enemigos.
Cierto es que la meta principal es la re-reelección de Cristina para un próximo período, pero habrá que recorrer un largo camino para llegar hasta esa instancia en el 2015. Por esta razón el 2013 es un año trascendental y decisivo en ese propósito. Será el próximo año cuando los argentinos renovaremos a los legisladores (Diputados y Senadores) que elegimos en el 2009.
Vale recordar que ese fue el comicio que Néstor Kirchner perdió en la Provincia de Buenos Aires con Francisco De Narváez, por los daños colaterales de la crisis del campo.
Las bancas necesarias
La política y la matemática (o cualquier otra ciencia exacta) no suelen llevarse bien, pero en este caso nos remitiremos –brevemente- a los números para entender por qué Cristina está tan empecinada en dañar las imágenes de Scioli y Macri.
Hoy, el Frente Para la Victoria cuenta con 116 Diputados Nacionales que obedecen ciegamente a Cristina. Debido a la pésima elección de los “K” en el 2009, en el 2013 Cristina sólo renovará 39 de esos 116. La gran mayoría de los legisladores “K” se consiguieron con el rotundo triunfo de octubre pasado, con el famoso 54% del que tanto se jacta la Presidenta.
Si bien es cierto que la imagen positiva de Cristina cayó bastante, obteniendo un promedio de sólo el 40% (casi 15 puntos menos que en octubre), el kirchnerismo sumaría de 13 a 16 diputados más. Así, pasaría de tener 116 a 132 representantes en la cámara baja y sólo le faltarían 40 para alcanzar los dos tercios necesarios para apoyar cualquier normativa sin necesidad de respaldos ajenos.
Con una elección aceptable, Cristina allanaría el camino para reformar la Constitución Nacional e imponer la re-reelección indefinida que le permita perpetuarse en el poder. El plan hegemónico que diseñaron el propio Néstor y el Chino Zannini incluía una mayoría absoluta en la legislatura. La “inoportuna” crisis del campo le impidió al kirchnerismo concretar su plan en el 2009. En el 2013, no quieren que Scioli, Macri o De la Sota les vuelvan a postergar el plan.
La meta es clara: no bajar del 40% en las elecciones del próximo año. Para cumplirla, se romperá cualquier tipo de límite o código. Por ello no debe sorprender que el kirchnerismo acuda a las armas más amorales para golpear a quienes quieran entrometerse en su diagrama. Prueba de esto es lo sucedido el fin de semana pasado durante la transmisión de los partidos de fútbol.
Se utilizó a “Fútbol para todos” para machacar sin demarcaciones la figura de Mauricio Macri por el paro de los subtes. Recordemos que esta transmisión es una iniciativa del Estado y no del kirchnerismo; todos los argentinos aportamos para que esa televisación sea posible. Es decir, Cristina logró que el Estado (Nacional) vaya contra el Estado (Porteño).
Plan B
Todas las encuestas que encarga el Gobierno Nacional traen malas noticias para Cristina. No hay estudio que no marque un descenso en la imagen de la Presidenta y un ascenso en las de Macri y Scioli. En enero, CFK le sacaba 30 puntos en un supuesto enfrentamiento contra Macri, hoy esa diferencia se redujo a solo 7 puntos.
Ante ese panorama, si el kirchenerismo no cumple con la meta de llegar al 40% el año que viene, los “ultras K” ya tienen un plan B: seducir a los radicales con un sistema semi presidencialista. En 1994, muchos radicales creían que lo conveniente era instaurar una reforma que permita un sistema parlamentario, restándole poder al presidente y creando la figura de un Primer Ministro (similar al sistema gubernamental de Francia).
De esta manera, en el 2015 Cristina pondría a un delfín como Presidente y se edificaría como una super Primera Ministra. No es la idea que más convence a la Presidenta, pero no se descarta como última alternativa.
Ante este escenario, los operadores “K” se encuentran “tanteando” y tentando a varios legisladores radicales. Varios teléfonos que suenan pertenecen a muchos de aquellos que se ponen melancólicos al recordar que con este sistema parlamentario no hubiese caído Fernando De la Rúa: “Si Fernando hubiese podido poner a Duhalde como Primer Ministro, seguramente habría terminado su mandato”, sostienen.
Existe una premisa que los “K” tienen como estandarte y que no deja lugar a dudas: con el Plan de Néstor y el “Chino” o con la segunda alternativa, ni Scioli, ni Macri son necesarios. Por el contrario, resulta imperioso que sus imágenes se debiliten.