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REVISTA MAGNA
Imagen: flickr.com/photos/16185941@N05La influencia que Zannini goza sobre la Presidenta no la posee ninguno de los mediáticos funcionarios que desfilan a diario por los medios de comunicación. Ni el pasional Aníbal Fernández, ni el excéntrico Guillermo Moreno, ni el pacífico Florencio Randazzo, y ni siquiera el preferido Amado Boudou tienen la capacidad de influir sobre Cristina que posee el “chino”. Absolutamente nada se aprueba en la Casa Rosada si antes no pasa por Zannini.
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Carlos Zannini no es el personaje más mediático del oficialismo, pero sí el más influyente. ¿Qué busca el Cristinismo en las próximas elecciones?
Cuando Néstor Kirchner buscaba su primera intendencia en Río Gallegos en el año 1987, uno de los hombres claves que estaba a su lado era un cordobés que había llegado a Santa Cruz para incorporarse al “utópico” proyecto de los Kirchner. Por esos días, el “chino” y el “flaco” soñaban con llegar a lo más alto del poder nacional para implementar un plan hegemónico de gobierno que permitiera que el “populismo” triunfe de una vez por todas en el país.
Al “flaco” ya todos lo conocemos; no sólo logró la intendencia de Río Gallegos, sino que consiguió la gobernación de su provincia para aterrizar en la presidencia del país allá por mayo de 2003. El “chino” no es otro que Carlos Zannini; su puesto formal es el de secretario Legal y Técnica de la Nación , pero su cargo real es el de principal asesor de los Kirchner desde que éstos arribaron al poder.
La semana pasada fue clave para las aspiraciones de Cristina. La Presidenta tenía que tomar decisiones definitorias que nos ayudarían a anticipar las intenciones a largo plazo del oficialismo. Como viene pasando desde el inicio de las gestiones “ k”, en los momentos decisivos es donde la figura de Zannini toma mayor protagonismo. Prueba de ello es, por ejemplo, la reforma para anular las colectoras que el propio Zannini diagramó junto a Néstor días después de haber perdido las elecciones legislativas en el 2009.
Mejor prueba aún es el proyecto de consulta popular y reelección indefinida que Kirchner implementó en Santa Cruz en 1998; Zannini conoce a la perfección dicha reforma ya que fue él mismo quien la diagramó (si Cristina consigue un buen porcentaje en octubre, intentará aplicar la reforma a nivel nacional en los primeros meses del 2012).
Lo que se esconde detrás de Filmus
Si hay algo que se le reconoce al oficialismo es la inmensa capacidad que tiene para manejar los tiempos y la repercusión de los hechos (sobre todo los negativos) políticos en los medios de comunicación. Lo sucedido con la elección de Filmus como candidato a Jefe de Gobierno Porteño es una muestra más de la habilidad mencionada.
El escenario político en su totalidad estuvo pendiente durante el último mes y medio sobre la incertidumbre de quien sería el candidato oficialista a luchar por la ciudad. Se postularon tres precandidatos y nunca se dieron indicios lo suficientemente claros para anticipar la elección final de la Presidenta. Hubo que esperar hasta el último día permitido por los plazos que dicta la ley para conocer que Daniel Filmus es el elegido para disputarle el poder a Mauricio Macri.
Al respecto, deben destacarse dos puntos. En primer lugar, sería bueno que algún vocero “k” nos explique donde quedaron los deseos de la Presidenta de que todos los argentinos tengamos la posibilidad de participar en las internas de cada partido (tal como lo hicieron el domingo pasado los santafesinos). Lejos de convertirse en una contienda que demuestre la justa y democrática participación ciudadana que las internas obligatorias pregonan, la elección de Filmus demostró que –como siempre- es el dedo “endiosado” de Cristina (o algún asesor como Zannini) el que termina eligiendo al candidato.
Pero no es ese “engaño político y diplomático” el legado más importante que nos dejó el cierre de la lista porteña del oficialismo. Hay un detalle planificado a la perfección por Zannini que nos da una pauta certera de cómo va a ser el segundo gobierno de Cristina: el hijo de desaparecidos Juan Cabandié será el que encabece la lista de legisladores de la fórmula Filmus-Tomada. Esto significa que más allá del resultado final que obtenga Filmus, una elección mínimamente digna le permitirá a Cabandié lograr su cometido. Más allá de ser hijo de desaparecidos, el rasgo que lo hace llamativo a Cabandié es que es un líder indiscutido de La Cámpora (logia comandada por Máximo Kirchner); y es ahí donde debemos detenernos: el objetivo principal de Zannini y Cristina es poner a integrantes de La Cámpora en al menos el 20 % de la listas legislativas para tener una fuerte presencia “cristinista” en el Congreso.
Es por esa razón que Cristina está dispuesta a resignar a sus candidatos favoritos con la intención de buscar a quien más mida en cada distrito. El favorito de la Presidenta era Boudou, pero Filmus mide más y con él se pueden conseguir más lugares en el Congreso. Lo mismo sucede con Scioli en Provincia; si por Cristina fuera, es el progresismo de Sabatella quien más la seduce, pero la innegable popularidad del actual gobernador es la que le va a permitir llegar con más cristinistas al poder legislativo. En Córdoba sucede algo similar: con De la Sota sobreviven varios rencores y Accastello demostró -en los tiempos duros- ser un fiel seguidor del proyecto, pero es “el gallego” el que le va a disputar voto a voto la gobernación a Juez.
Cristina sabe que la presidencia es suya y nadie se la va a arrebatar. También es conocedora de que en las distintas provincias tienen “compañeros” con distintos grados de fidelidad. No se ocupará éste año de posicionar a su gente en los cargos ejecutivos (los más deseados), sino que negociará su apoyo al candidato que mejor mida con la condición de quedarse con los primeros lugares en las listas legislativas.
Será en el Congreso donde Cristina y Zannini necesitan a los muchachos de La Cámpora (los más fieles kirchneristas y cristinistas) para concretar su plan de poder hegemónico y eterno a partir del año que viene; es ahí donde se puede reformar la constitución.
El “flaco” ya no está, pero el “chino” sí; y más activo que nunca. Aquello que planearon juntos allá por 1998 para Santa Cruz está muy cerca de concretarse en el ámbito nacional. No es la primera vez que lo hacen y conocen bien el camino para lograrlo; mientras la oposición de afuera y la de adentro (Moyano) se siguen peleando por los cargos ejecutivos (gobernaciones, jefaturas e intendencias), ellos saben a la perfección que el poder máximo radicará en el Congreso.