viernes, 27 de abril de 2012

LA JUGADA MAGISTRAL DE CRISTINA

REVISTA MAGNA
BUENOS AIRES

La expropiación de YPF tuvo tres consecuencias positivas para el kirchnerismo: aceptación de la gente, olvido del escándalo Ciccone y conciliación con la oposición.
Miguel Ángel Juárez Celman fue presidente de los argentinos durante cuatro años (desde el 12 de octubre de 1886 hasta el 6 de agosto de 1890). El dato histórico más sobresaliente por el que se lo recuerda es por haber sido el creador del Unicato en la Argentina. Entiéndase por Unicato la intención de concentrar la mayor cantidad de poder posible en una sola persona: el Presidente. Además, fue también Juárez Celman quien sentenció que “la política es el arte de permanecer instante a instante en el poder; lo importante es tener la capacidad para salir airosos a los problemas que surgen cotidianamente”. Observamos en este personaje histórico una clara intención de vivir el momento, sin pensar demasiado en el “largo plazo”.
Imagen: lavoz.com.arImagen: lavoz.com.ar
Siendo consecuentes con las palabras de Juárez Celman, debemos admitir que Cristina concretó una jugada magistral al impulsar la expropiación de YPF. La última encuestarealizada por Poliarquía (quizás la consultora más seria y creíble de nuestro país), así lo demuestra: el 62% de los ciudadanos argentinos apoya fuertemente la decisión presidencial de repatriar a la petrolera.
Frenar la caída
El kirchnerismo es un espacio político que se caracteriza por una gran dependencia de los medios de comunicación. Nada de lo que digan o manifiesten los medios o encuestadoras pasa desapercibido en el Gobierno Nacional. Desde principios de año se venía palpitando un gran descenso en la popularidad de Cristina, y dicha situación no dejaba dormir a más de un funcionario “K”.
Puede decirse que tres elementos intervinieron directamente en la disminución de la imagen positiva de la Presidenta. En febrero, la tragedia del tren en la estación de Once dejó un saldo de 51 muertos. Luego, estalló el escándalo Ciccone y aniquiló la imagen del Vicepresidente. Cristina fue salpicada gravemente por la devastación popular de Amado Boudou, quien hasta ese momento era su “mimado” dentro del Gobierno. El último elemento que provocó el desprestigio de Cristina es el penumbroso escenario económico que vive la Argentina.
Persiguiendo la premisa de Juárez Celman, el kirchnerismo se dispuso a “lograr la capacidad para salir airosos de los problemas que les surgieron”. Para ello, nada mejor que apelar a una causa que consiga penetrar en el patriotismo de los argentinos. Se intentó recapitular –una vez más- el eterno conflicto con Gran Bretaña por las Islas Malvinas, pero al observar que no se capturó la recepción esperada se decidió calmar rápidamente los ánimos.
Así llegó el anuncio de expropiación de YPF. Si bien fronteras afueras el costo político que se pagará es enorme e incalculable (a todo lo dicho la semana pasada en este espacio en El mundo contra Cristina, vale agregar que muchos ya nos consideran “la nueva Venezuela”); en Argentina, la resolución defendida a cara de perro por Kicillof y De Vido consiguió frenar la decadencia “K” y volver a catapultar al kirchnerismo como la única fuerza capaz de Gobernar al país.
Observemos tres consecuencias indiscutiblemente positivas que provocó la expropiación de YPF para el Gobierno Nacional:
  • Como lo demostró Poliarquía, la gran mayoría de los argentinos apoya la medida. Incluso muchos de aquellos que se consideran Anti “K”, han visto con buenos ojos el proyecto de Cristina.
  • Desviar la atención. Cuando todos los medios dedicaban sus tapas al escándalo de Boudou, gracias a YPF, desde el martes se vieron obligados a relegarlo a segundo orden, dedicando la mayoría de sus páginas a la expropiación de la empresa. Además, con la repatriación de YPF se concretó la aparición del nuevo niño mimado de Cristina: Axel Kicillof quien ocupó el lugar del vapuleado Amado Boudou.
  • En un período en el que a la oposición le sobraban motivos para denostar al Gobierno, la expropiación logró atraer a los legisladores opositores. El Socialismo, los Partidos de extrema izquierda y –hasta- el Radicalismo (aunque con algunos rebeldes) apoyarán en el Congreso al Frente Para la Victoria. Sólo el PRO de Mauricio Macri quedó en la vereda del frente.
Como fruto de estos tres escenarios, el kirchnerismo consiguió frenar la baja en la popularidad de Cristina y reconquistar a una gran porción de ese 54% que la había votado en octubre y se había sentido arrepentido.
Futuro oscuro
La metodología política juárezcelmista de Cristina parece ser todo un éxito. El Unicato está funcionando en su máximo esplendor y la política se esta viviendo “instante a instante”. Lamentablemente, existe un dato histórico que echa por tierra todas las bondades del kirchnerismo: Juárez Celman debió renunciar –escandalosamente- en agosto de 1890 por no poder llevar adelante el país. A causa de vivir la política como un arte de supervivencia inmediata, el mandatario cordobés se olvidó del largo plazo.
La Revolución de 1890 (impulsada por jóvenes radicales como Leandro N Alem e Hipólito Irigoyen) terminó drásticamente con el Gobierno de Juárez Celman, provocando una matanza en la Plaza de Mayo. Al ritmo del canto “Ya se fue, ya se fue, el burrito cordobés”, Juárez Celman quedó enmarcado como el peor Presidente de la historia de nuestro país.
Nadie podrá negar que la expropiación de YPF le permitió a Cristina reconciliarse con la mayoría de los argentinos. A su vez, tampoco nadie podrá negar que dicha expropiación consiste en una intención de vivir la política del “instante a instante”, dejando de lado el “largo plazo” y la repercusión internacional.
¿Terminará Cristina igual que el “burrito cordobés”? Una vez reconciliados con los argentinos, ¿Sabrá el kirchnerismo reconquistar el beneplácito internacional?. ¿Cuál será el precio que pagará Cristina por practicar la política juárezcelmista de la supervivencia? El Gobierno de Cristina se enfrenta a muchos interrogantes que -por ahora- sólo tienen respuestas negativas.
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