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REVISTA MAGNA. BUENOS AIRES
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El líder del PRO esperará a que pase la interna nacional para brindar su apoyo a un candidato opositor. Duhalde o Alfonsín luchan por ese lugar.
Mauricio Macri se ha convertido -en las últimas semanas- en el líder opositor que una gran porción del país estaba buscando desde hace ocho años. El gran respaldo que el ingeniero consiguió en las urnas lo transformó en el protagonista de este año electoral. Más allá de la importancia natural de la que goza la Presidenta de la Nación, Macri ha relegado a todos los candidatos opositores a un segundo plano.
La primera vuelta en capital y la elección en Santa Fe dejaron una certeza indiscutible: si existe alguna posibilidad (por mínima que sea) de que un candidato opositor tenga chances de llegar a la segunda vuelta, será con la condición excluyente de contar con el apoyo del líder del PRO.
El apoyo explícito de Macri no es una quimera. El propio Mauricio viene expresando que dará su respaldo abierto al candidato que más cerca se encuentre de Cristina. Algunos cristinistas se
Imagen: fmsur.net ilusionaron con la idea de que Macri no haga público su apoyo para no perder el caudal de votos que supo conseguir en las últimas elecciones, y se dedique a planear su estrategia para el 2015. Para desgracia del oficialismo, no será así: la Presidenta deberá derrotar a toda la oposición para conseguir la reelección.
La influencia de Barbas
Quienes conocen el círculo íntimo de Mauricio Macri afirman que el Jefe de Gobierno porteño escucha cada vez con más atención los concejos de su asesor personal Jaime Durán Barbas. Se sabe que fue él quien convenció al ingeniero para que desista de su pretensión de ser candidato presidencial (contra las voluntades de la mayoría de los representantes del PRO, como Michetti y Rodríguez Larreta) para consolidar su poder en la capital y aspirar al Sillón de Rivadavia recién en el 2015.
También fue Jaime quien le recomendó a Macri –allá por diciembre de 2010- introducir a Miguel Del Sel en la política. Teniendo en cuenta estos dos hechos, resulta fácil comprender porqué Macri siente que no puede tomar ninguna decisión sin contar con el previo consentimiento de su asesor.
Siendo conocedores de la influencia que Durán Barbas logró conseguir sobre Macri, vale mencionar dos conceptos claves que el asesor cree imprescindibles para mantener el crecimiento en la imagen positiva del Jefe de Gobierno.
“Venís diciendo hace cuatro años que lo mejor para el país es que Cristina no consiga la reelección; no podés lavarte las manos ahora y no apoyar a nadie para que la enfrente”, habrían sido las palabras (según Majul en un artículo en El Cronista) que Durán Barbas expresó para desechar la idea de no apuntalar a ningún candidato opositor para no cargar con una casi segura derrota en octubre.
En segunda instancia, Durán Barbas piensa que es crucial que el apoyo de Macri se produzca después de las internas del 14 de agosto. De los dos posibles segundos (Duhalde y Alfonsín), Macri mantiene una empatía mucho más pronunciada con el ex presidente. Mauricio le reconoce al cabezón ser un político que tiene carácter para gobernar e hizo pública su admiración por la manera en la que Duhalde comandó al país luego de la crisis del 2001.
Desde el momento en que anunció que no competiría por la presidencia, Macri supo que la figura a la que apoyaría sería la de Duhalde. A su vez, el Jefe de Gobierno sabe que –más allá de sus simpatías personales- debe brindar su apoyo al candidato que ofrezca bases sólidas para competirle a Cristina. Lo cierto es que el entusiasmo por las victorias electorales le provocó a Macri deseos de no estirar más su decisión de apoyar públicamente a Duhalde. Miguel Del Sel lo hizo horas después de su excelente elección en Santa Fe. ¿Por qué no lo hace Macri? Por “órdenes” de Durán Barbas. Para el asesor, además del cristinismo, los otros grandes derrotados de las recientes elecciones son los encuestadores.
Macri piensa que Duhalde será el candidato opositor más fuerte porque los sondeos lo dan con 17 o 18 puntos (cuatro más que Alfonsín), pero Durán Barbas cree poco conveniente confiar en las encuestas. “Si insinuas tu apoyo a Duhalde y en las internas queda segundo Alfonsín, va a ser poco creíble tu respaldo al radical de cara a octubre”, le habría dicho Durán Barbas a Macri.
¿Nadie se acuerda de los segundos?
En un país tan “exitista” como el nuestro, el segundo puesto siempre fue bastardeado y menospreciado. Las internas abiertas, simultáneas y obligatorias del 14 de agosto rectificaran esta posición. Es un hecho que Cristina quedará en primer lugar. La lucha e incertidumbre estará en dilucidar que candidato llegará a octubre como segundo. Quien lo haga, no sólo contará con la satisfacción de ser el rival de Cristina, sino que se beneficiará con el apoyo del político del momento (Macri). El candidato que consiga el segundo lugar tendrá el deber de representar a los opositores indecisos que no saben cuál es el verdadero líder opositor al gobierno “K”.
En otras palabras, Duhalde y Alfonsín lucharán el 14 de agosto por convertirse en la única alternativa al gobierno de Cristina. Será una tarea más que difícil (hoy todas las encuestas la dan a la presidenta ganadora en primera vuelta); pero tendrán muchos elementos para ilusionarse: la paliza de Macri al cristinismo en capital; el vergonzoso tercer puesto de Rossi en Santa Fe, una segunda derrota de Cristina en Buenos Aires (próximo domingo) y la ausencia de candidatos cristinistas en Córdoba (7 de agosto).