martes, 31 de mayo de 2011

LA POLÍTICA DEL MINUTO A MINUTO



REVISTA MAGNA. BUENOS AIRES

Octubre se acerca y se comenzaron a vislumbrar decisiones en la oposición. En el oficialismo crece la incertidumbre por el compañero de fórmula de Cristina.
El politólogo y filósofo saboyano Joseph de Maistre inmortalizó la frase “Cada nación o país tiene el gobierno que se merece”. Lejos estuvo nuestro país de inspirar ese dicho, expresado en medio del debate por la Revolución Francesa, pero bien se podría aplicar al momento que estamos atravesando. En un país donde el rating minuto a minuto es –muchas veces- igual o más popular que el programa en cuestión, no es de extrañar que las candidaturas políticas varíen día a día según las mediciones de las encuestas.Imagen: eliahuarte.blogspot.comImagen: eliahuarte.blogspot.com
Hasta la semana pasada los encuestadores oficiales (parte de la oposición los llama “Frente encuestológico para la victoria”) aseguraban que la Presidenta obtendría más del 60% de los votos y que no existía posibilidad alguna de llegar al ballotage. Hoy, la confianza no parece estar tan alta y la elección del vicepresidente que acompañará a Cristina retoma vital importancia.
Existen dos caminos para analizar las dudas del oficialismo en cuanto a ésta elección. El primero obedece estrictamente a números o sondeos: Cristina demostró que hasta ahora ha privilegiado en las elecciones de sus representantes a quienes tienen más intención de voto (Filmus en ciudad y Scioli en Provincia son claros ejemplos) por sobre su ideología de fondo. En este sentido, vale resaltar que se tomó con preocupación la interna santafesina de la semana pasada; juntando todos los candidatos del Gobierno sólo se llegó al 28% (muy lejos del 60% prometido por los encuestadores y más cercano al porcentaje obtenido por el kirchnerismo en las elecciones del 2009).
Siguiendo esta línea de pensamiento, el vicepresidente saldría de algún gobernador con la fuerza suficiente para aportar un buen caudal de votos. Más allá de la buena relación de la Presidenta con José Luis  Gioja, al sanjuanino debe descartárselo por la reciente reforma hecha en San Juan para poder ir por su tercer mandato como gobernador.  Alperovich (Tucumán) quedó out luego del entredicho que mantuvo con Hebe de Bonafini y a Urtubey (Salta) el oficialismo no le perdona algunas rebeldías como la de autoproclamarse una opción para 2015. Quienes más chances poseen, entonces, serían Sergio Urribarri (Entre Ríos) y Jorge Capitanich (Chaco); algunos analistas dicen que la decisión de Cristina de festejar el 25 de mayo en Resistencia sería una fuerte señal a favor de Capitanich.
Es extraño en el cristinismo, pero coexiste una segunda opción alejada de las conveniencias numéricas. Sobrevuela en la rosada una intranquilidad en alza: el estado de ánimo de Cristina; desde la muerte de Néstor, la Presidenta no pudo tomarse respiro alguno y -si es reelecta- tampoco podrá tomárselo en los próximos cuatro años. El entorno más cercano teme una abrupta caída emocional de Cristina que la obligue a abandonar el sillón de Rivadavia. De producirse esta situación (o alguna similar) el oficialismo no se puede dar el lujo de cometer el mismo error del 2007 (Cobos como vicepresidente).
Es debido a esta posibilidad que el cristinismo desea elegir al representante más fiel posible (incluso a costa de una posible caída en las encuestas). Muchos pensaron –inmediatamente- en Amado Boudou, pero para el “peronismo puro” no es lo más aconsejable poner a una figura tan cercana a “La Cámpora” como posible comandante del barco. En consecuencia, se repatriaría un viejo deseo de Néstor de ir a las elecciones de octubre con la dupla Kirchner-Kirchner; es muy probable que Alicia Kirchner acompañe a su (ex) cuñada en la contienda presidencial.
Definiciones en la oposición
Si bien queda mucho camino por recorrer, puede afirmarse que se comienza a aclarar el panorama en la oposición. La primera gran certeza es que –finalmente- Elisa Carrió irá como candidata en soledad y sin ningún tipo de alianzas. Fiel a su estilo combativo, Lilita no estuvo dispuesta a negociar ninguna candidatura y presentará candidatos propios en la mayoría de los distritos más importantes del país. Debe agregarse que el escaso porcentaje que Carrió logra en todas las encuestas ayudó a que ninguna otra fuerza insistiera hasta el hartazgo por un pacto con la Coalición Cívica.
Otra incertidumbre que se dispersó en los últimos días es la intención de Mauricio Macri de dedicar todas sus fuerzas a conseguir la reelección en la ciudad. El ingeniero parece haber entendido que se juega su futuro político en esas elecciones y dejó en un segundo plano muy lejano las alianzas para acumular poder a nivel nacional. A diferencia de Carrió, sus altas posibilidades de conseguir el triunfo en la capital imantan a muchos sectores dispuestos a pelearle gobernaciones al oficialismo.
El santafesino Hermes Binner se sitúa en un plano similar a Macri; se habría decidido por dejar pasar el tren nacional y se dispondrá a mantener el poder en su provincia. El apoyo a Juez en Córdoba solo se debió a coherencia ideológica y lo único que quedaría por definir es su alianza con Alfonsín (condicionada excluyentemente por la decisión del radical de convocar a De Narváez para integrarlo a su espacio).
Precisamente Francisco De Narváez –aunque todavía no oficializó su candidatura- sabe que su lugar en octubre es ser el principal competidor de Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires. Tiene la certeza de que el triunfo es imposible, pero su meta (más que difícil) es no bajar el porcentaje obtenido en el 2009 (31%) para consolidar su liderazgo en el peronismo disidente.
Las mayores indecisiones las protagonizan Ricardo Alfonsín y Eduardo Duhalde. El primero no duda de su candidatura, sino de las alianzas que tendrá que realizar. El caso del segundo es más complejo: se encerró en un laberinto en el cual no ve ninguna salida que le sea conveniente.
Sobre el radical hay que decir que si por decisión propia fuera, se aliaría con todos con tal de crecer en las encuestas. Los problemas aparecen cuando en las negociaciones se piden puestos o lugares que ya se le habían prometido a otro sector. Sin embargo, a excepción de Binner, el hijo del ex Presidente siente que mientras siga creciendo en las encuestas los otros espacios se sumarán indefectiblemente.
Los radicales más optimistas piensan que no es necesario pactar con determinadas fuerzas que no llevan candidatos propios a presidente. Se refieren, concretamente, al PRO. Si –como parece- Macri no lleva candidato a presidente, a sus seguidores no les quedará otra que depositar sus esperanzas en Alfonsín. El escenario ideal para la UCR sería que Duhalde se baje y se de un pacto implícito (como con Macri) para poder aliarse sin ningún problema al socialismo (Binner, Juez, etc).
Antes de finalizar, es inevitable referirse al suceso que conmocionó a toda la atmósfera política del país la semana pasada: la visita de Beatriz Sarlo a 6-7-8. Sólo un interrogante nos gustaría aportar: ¿Por qué algo que debiera ser normal o común (debate de ideas distintas) se tomó con tanta trascendencia como si se tratase de algo anormal?
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