viernes, 30 de diciembre de 2011

EL 2012 Y LOS FRENTES ABIERTOS DEL KIRCHNERISMO

REVISTA MAGNA. BUENOS AIRES

El Gobierno ha decidido elegir a sus enemigos y ya se han identificados tres grandes opositores. ¿Podrá contra todos?
Se termina el año del histórico 54% que consagró al kirchnerismo como el movimiento político más importante del principio del siglo XXI. El 2011 será identificado como el año en el que los argentinos respaldamos ampliamente el Proyecto Nacional y Popular iniciado por Néstor Kirchney y continuado por su mujer Cristina Fernández de Kirchner.
Sin embargo, no todos las buenas noticias son eternas. De cara al 2012 que ya comienza, el Gobierno ha abierto tres frentes de confrontación más que importantes: la conocida lucha con el Grupo Clarín, el enfrentamiento con los sindicalistas liderado por Hugo Moyano y la incipiente  provocación con el Gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli.
El delgado hilo de la censura
La sanción de la nueva ley sobre el control de Papel Prensa volvió a poner sobre el tapete la creciente enemistad del kirchnerismo con los medios de comunicación opositores. Algunos creían que luego del rotundo triunfo conseguido por Cristina en octubre, las mieles del éxito harían que el notio.com.arnotio.com.aroficialismo se tomara un descanso en su modelo combativo. Muy por el contrario, cada voto le significó a los “K” una inyección de ánimo para convencerlos de que están en el camino correcto.“La gente nos votó por nuestro estilo, no veo porqué debemos abandonarlo”, habría dicho el influyente Carlos Zannini a un periodista de Página 12.
El kirchnerismo puro sabe que la disputa con Clarín es la batalla más importante en su lucha por imponer su modelo en la sociedad argentina. Así lo pensaba Néstor y así lo piensa Cristina.Desde el momento que se ejecute la ley (si logra pasar el amparo que Clarín presentará con seguridad ante la Corte Suprema), el Gobierno Nacional dispondrá a su antojo la repartición del papel con el que se hacen los diarios. Desde el Grupo Clarín aseguran que la primer medida que tomará Guillermo Moreno al respecto  será un abrupto aumento sobre el precio del papel para bajar drásticamente las ventas de Clarín y La Nación.
La euforia predomina hoy en el oficialismo por la rápida sanción de la ley sin tener que sufrir ningún tipo de costo político importante, pero quedó sobrevolando en el ambiente una sensación que preocupa a más de un kierchnerista: Magnetto y compañía no se quedarán con los brazos cruzados; más allá de la cadena de apelaciones y amparos que se sucederán a partir de ahora, en el plano estratégico se espera que el próximo golpe será del multimedio hacia el Gobierno.
Sin prisa pero sin pausa
Hugo Moyano decidió poner en “stand by” su enfrentamiento con Cristina. Luego de su tajante desplante en el acto de Parque Patricios, el gremialista no salió a pisar cabezas “K”. En lo que muchos consideran una decisión inteligente, optó por poner paños fríos a la confrontación directa con Cristina pero –a su vez- mostrarse bien cerca de los enemigos públicos de la Presidenta.
Desde el moyanismo están convencidos que no existe la posibilidad de una rectificación que provoque un acuerdo o arreglo, aunque piensan que las vacaciones no son el momento indicado para concretar la guerra. “Sabemos que no representan al peronismo y lo dijimos, pero nada nos apura a enfrentarnos ya”, sostuvo un dirigente de segunda línea de la CGT sobre el kirchnerismo.
Mucho ya hemos desarrollado sobre esta disputa la semana pasada, sólo queda por agregar que sin lugar a dudas, si se concreta este rompimiento: peronismo vs. kirchnerismo, está será la madre de las batallas. La potencia, la capacidad de manipulación y la magnanimidad de ambos espacios así lo garantizan.
El temor de construir un Frankeistein
No es una novedad, pero vale la pena recalcarlo: la relación de Scioli y el kirchnerismo es puramente por conveniencia; no existe ningún tipo de concordancia ideológica ni metodológica en la manera de vivir la política. Cristina necesitó de Scioli para asegurarse su permanencia en la Rosada y Scioli necesitó de Cristina para no poner en riesgo su continuidad al mando de la provincia más importante del país.
A diferencia de Néstor, Cristina no es una persona que se destace por su paciencia. A esto debemos agregarle, la conocida premisa de John F. Kennedy sobre la generación de pactos políticos “En las alianzas políticas es imprescindible la paciencia para soportar las diferencias”, así concluiremos que la Presidenta extraña a su marido a la hora de dialogar con los que no coincide ideológicamente. La ruptura con Moyano es una prueba acabada de ello.
El hecho que fulminó los últimos destellos de paciencia que quedaban en la Presidenta fue la represión de la Policía Bonaerense contra los integrantes de La Cámpora. Tal como lo manifestó luego de la muerte de Ivan Heyn, Cristina siente a cada joven de la agrupación comandada por Máximo como “un hijo”. Ricardo Casal (ministro mimado de Scoli) tendría las horas contadas en su cargo. Su renuncia obligada sería el detonante para que el Gobernador haga manifiesta su disconformidad con las últimas decisiones de Cristina (Por ej. la designación de Mariotto como vice).
Ante todos los frentes que tiene abierto el kirchnersimo para el 2012, parecería que la gran elección de octubre le garantiza una victoria segura con cualquier opositor que se le enfrente. Tiene más aceptación pública y seguidores que Clarín, posee más legitimidad que Moyano y cuenta con más poder que Scioli. Ahora bien, el peligro de tener más de un frente abierto radica en la posibilidad de que dos o más de ellos se alíen. ¿Qué pasaría –entonces- si los votos de Scioli y la fuerza de choque de Moyano arman un solo frente con el apoyo/complicidad de la manipulación que puede otorgar Clarín? Sólo el transcurrir del 2012 nos dará esa respuesta.
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martes, 27 de diciembre de 2011

LA TRIPLE TRAICIÓN DE MENEM

MINUTORIOJA. LA RIOJA

El miércoles volvió a suceder uno de esos hechos políticos vergonzosos y calamitosos que caracterizan a nuestra provincia. Carlos Menem fue el único senador que voto en contra (en la primer votación en General, luego en Particular varios se sumaron al riojano) del proyecto de ley presentado por el Ejecutivo para regularizar el trabajo agrario. 
Pasaron menos de dos semanas desde que el ex presidente reasumió su banca en el Senado y ya mostró un claro indicio de cuál será su postura en los próximos cuatro años. Defensores obtusos del Menemismo se esconden en la independencia de poderes y aducen –ahora- que “los legisladores no deben ser esclavos o soldados obedientes del poder Ejecutivo”. 
De ninguna manera se cuestiona la independencia de poderes que debe existir para que una democracia funcione; pero debe indagarse sobre el modo en el que cada legislador llega a su banca. NO SE DEBE ENGAÑAR O ESTAFAR A LA GENTE.

Digo blanco, hago negro
Supongamos que hay un concurso para cubrir el cargo de docente de un instituto y un de los concursantes convence (sabiendo que ese colegio son adeptos a la educación pública) a todo el tribunal con un brillante discurso pro educación pública. Las autoridades lo eligen y cuando empieza el año lectivo se encuentran con que en las clases de dicho docente no se hace más que bastardear la educación pública y resaltar las virtudes de la educación en las instituciones privadas. El desconcierto reinaría en el ambiente y las autoridades se sentirían –al menos- engañadas.
Situación similar es la que se produjo en nuestra provincia. Carlos Menem llegó a su banca de la mano del Gobernador Luis Beder Herrera. Ambos resaltaron durante toda la campaña su “concordancia” con las iniciativas y políticas del Poder Ejecutivo Nacional. En más, se jactaron de que Menem sería el voto 37 necesario para que Cristina puediera tener mayoría absoluta en el Congreso sin necesidad de depender de la oposición. ES ASÍ COMO MENEM LLEGÓ A SU BANCA.
Dejando la independencia de poderes de lado, la gran mayoría que optó por la boleta que encabezaba Menem fue para respaldar las políticas de Cristina. Ojo!, No estamos diciendo que la independencia de poder no exista o no deba existir. Si Menem pretendía esa ansiada libertad, no tendría que haber dependido de todo el aparato oficialista (tanto Provincial como Nacional) para lograr su cometido. 
Radicalmente diferente era la situación del mismo Carlos Menem antes del 10 de diciembre. Hasta entonces, había conseguido su banca por representar a la oposición. Los políticos no deben olvidarse que –al fin y al cabo- su tarea es la de representar la voluntad del pueblo: Y EL PUEBLO QUE VOTÓ A MENEM LO HIZO PARA RESPALDAR A CRISTINA. 
¿Qué opinarían si se debate una ley que permita la explotación minera y Martínez y Brizuela y Doria votan a favor? No hay independencia de poderes que valga; ellos llegaron ahí gracias a los votos chiliciteños que se oponen a tal explotación. Su deber es votar en contra representándolos. De igual manera, el deber del senador Carlos Menem es representar a toda la gente que lo votó para respaldar el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Si no lo hace, concreta una triple traición: A Cristina, a Beder y –la más importante- AL PUEBLO RIOJANO.
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Cristina asumió, el kirchnerismo se fortificó y el peronismo padeció

REVISTA MAGNA. BUENOS AIRES
Abal Medina nuevo Jefe de Gabinete. Los gestos de Cristina en su discurso de asunción. La ruptura con Moyano y sus secuelas.
Se acabaron las especulaciones. Cristina asumió su segundo mandato consecutivo (el tercero del kirchnerismo) y confirmó a su nuevo Gabinete, que –tal como se venía adelantando en este espacio- fue una intención clara de la Presidenta de profundizar el Modelo “Popular” de su Gobierno. 
Con su discurso de asunción y su definición por Abal Medina como Jefe de Gabinete, Cristina dio “gestos” claros de lo que vendrá en los próximos cuatro años. Intentaremos –brevemente- detallar los más importantes en este artículo. 
Golpe al peronismo histórico 
Minutos antes de que comience el acto de asunción se confirmó un rumor que se venía oyendo durante toda la semana: Hugo Moyano no presenció el acto de Cristina. Cuando comenzaba la ceremonia y no se observaba al líder de la CGT entre los principales invitados, se preveía un discurso presidencial duro con el gremialista peropocos imaginaron que tal dureza llegara a tocar hasta al mismísmo Juan Domingo Perón.
Con su ya conocido estilo de falsa inocencia, Cristina le recordó a los presentes que el derecho a huelga no era un derecho del que los trabajadores podían gozar durante las presidencias del creador del peronismo. Luego de semejante desplante histórico, la Presidenta fue tajante contra Moyano: “El derecho a huelga que se permite en nuestro Gobierno no es un derecho a la extorsión”.
Imagen: iguazunoticias.comImagen: iguazunoticias.comDicha frase significa la ruptura total del “padrino” gremial con el Poder Ejecutivo, algo que se esperaba que sucediera. Aníbal Fernández (el integrante del kirchnerismo con mejor relación con Moyano) fue claramente perjudicado en la repartija de comisiones en el Senado y Facundo Moyano (hijo de Hugo) fue abucheado por los seguidores de La Cámpora en las asunciones de los nuevos Diputados.
El enfrentamiento incipiente de Cristina con la cúpula moyanista de la CGT no es un cruce de individualidades, es una pugna que deja al descubierto las notables diferencias del kirchnerismo con el peronismo más tradicional e histórico. Es la lucha que viene: kirchnersimo Vs peronismo tradicional. Los pesos pesados de este último sector temen ser víctimas de la revisión histórica que el oficialismo está llevando a cabo: “Nos van a demonizar y hacer quedar como los culpables del fin de Perón”, vaticinan. 
Ella juró por Él
Cuando una personalidad vive un momento único y posee un éxito inusitado, suele recomendársele que el único pecado en el que no debe caer es en el de compararse con Dios. Al parecer, Cristina no tiene conocimiento de esta hipótesis o –lo que sería peor- no le interesa, por esta razón en el juramento protocolar, la Presidenta manifestó que “si así no lo hiciese que Dios, los Santos Evangelios y Él me lo demanden”.
No conforme con referirse a Néstor Kirchner como “Él” –vanagloriando innecesariamente a un ser humano-,Cristina ubicó al ex Presidente en un nivel teológico que sólo fue integrado -a lo largo de nuestra historia- por Dios y La Biblia.
El mensaje de Cristina fue más que claro: Néstor Kirchner será recordado en la historia como el líder político más importante de la Argentina (superando a Perón, Rosas, San Martín o cualquier otro prócer) y sólo podrá compararse con Dios.
A su vez, Cristina es la heredera de ese liderazgo y no hace falta respetar ningún tipo de protocolo que la vasta historia de nuestro país ha venido manteniendo como tradición. Es por ello que se explica que haya sido la propia hija de Cristina la que le colocó la banda presidencial (y no Julio Cobos, Amado Boudou o Silvia Rojkés como determina el protocolo) y que haya sido ella misma la que tomó el bastón –sin ayuda de nadie- del escritorio, como diciendo “Yo sola puedo, no necesito a nadie”.
Abal Medina y su posibilidad de crecer
El nuevo Gabinete se podría definir como “cambios para que nada cambie”. Fuera Domínguez, Boudou y Aníbal Fernández por la obligación de asumir sus nuevos cargos, sólo se renovaron esas tres carteras. El hombre que tomará protagonismo a partir de ahora es Juan Manuel Abal Medina.
Para aquellos que todavía no lo conocen, les resumimos su vida política. El primer dato que hay que aportar es el familiar. Es hijo del histórico Juan Abal Medina, quien fuera peronista de izquierda y se destacara por organizar la “operación retorno” luego de que Perón sufriera el exilio. Mantuvo una relación con Nilda Garré en los años 70, convirtiendo al actual Jefe de Gabinete en hijastro de la Ministra de Defensa. Otro detalle familiar para tener en cuenta de quién es sobrino el Jefe de Gabinete: Fernando Abal Medina, uno de los creadores de los Montoneros que lucharían por años contra la dictadura argentina. Podemos entender así la procedencia ideológica de Abal Medina y su fanatismo por el populismo anti liberal.
En la etapa de formación de Abal Medina, vale destacarlo como un eximio estudiante. Se recibió de Licenciado en Ciencias Políticas en 1994 con el mejor promedio histórico de la UBA (9,4), posee varios magísters y se ha desempeñado como docente en las universidades más importantes del país.
Sus antecedentes políticos se limitan a Anibal Ibarra y Fernando De la Rúa, pero ya en el 2002 encontramos a un Abal Medina apasionado por el emergente kirchnerismo. En el 2005 conoce personalmente a Néstor y comienza una relación que se profundizaría día a día hasta la repentina muerte del ex Presidente. Juan Manuel Abal Medina representa al ala más dura del populismo kirchnerista que se identifica con La Cámpora. Desde la muerte de Néstor, Abal Medina mantiene una relación casi íntima con Carlos Zannini, quien funcionó de celestino en la relación Cristina-Abal Medina-Máximo Kirchner.
Los antecedentes avalan al flamante Jefe de Gabinete, pero tendrá que ganarse su lugar de influencia en el seno más íntimo del trono de la Presidenta escalando peldaño por peldaño. Como dijo Guillermo Moreno, otro de los hombres fortalecidos en el Gabinete (quien se caracterizó desde sus inicios en la Secretaría de Comercio por ir en contra de las políticas tradicionales del peronismo): “Juan Manuel tiene las oportunidades que todo funcionario nuevo posee en el kirchnerismo, sólo tiene que ganarse su lugar con la lucha diaria”. 
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UNA RUPTURA QUE ANTICIPA UN GRAN ENFRENTAMIENTO

REVISTA MAGNA. BUENOS AIRES
El cruce Moyano vs. Cristina sólo sería una pelea secundaria que anuncia el choque estelar: KIRCHNERISMO vs. PERONISMO.
“¡Los del bombo; por favor!” es una frase que en varios actos la Presidenta repitió -allá por 2007- mientras se encontraba en plena campaña para suceder a su marido. El tono de disconformidad con el que Cristina pronunciaba la frase para silenciar a un sector de sus seguidores en medio de la euforia que caracteriza a todo acto proselitista, llegó a ser motivo de ‘burla’ por el imitador que se encargó de personificarla en Showmatch. A partir de allí, la frase perdió peso y se transformó en un latiguillo ‘liviano’ de Martín Bossi. En esos momentos no fueron muchos los que se percataron, pero dicha frase fue un gran indicio del malestar que –más allá de la necesidad mutua- los gordos peronistas le provocaban a la Presidenta.
Si tenemos en cuenta este gran detalle (que es el inicio de una extensa lista de cortocircuitos), más el hecho de que no quedó ningún peronista nato en el equipo que acompaña a Cristina, podremos deducir que la lucha Fernández de Kirchner vs. Moyano es sólo la antesala de la verdadera confrontación que intentará implantar el oficialismo en un futuro cercano: kirchnerismo vs. peronismo.
La historia como testigo
Libros enteros nos llevarían a analizar o a entender un fenómeno de tal magnitud como es el peronismo. Sin embargo, podemos afirmar –sin temor a equivocarnos- que existieron dos peronismos mientras su líder nato estaba vivo: uno de izquierda, que gobernó de 1945 a 1955; y el otro de derecha, que tuvo lugar cuando el General retornó al país en 1973.
Luego del periplo que Perón realizó por el exterior durante su extradición, se produjo un abrupto cambio ideológico en su metodología política. A partir de allí, podremos comprender que posturas políticas tan antagónicas como el menemismo (liberal) y el kirchnerismo (progresista) puedan autoproclamarse como ‘peronistas’.
En el discurso que marcará el principio del fin de la convivencia pacífica del kirchnerismo con el peronismo, Moyano se refirió despectivamente a los integrantes de La Cámpora con el rótulo de “chicos bien”. No es un hecho casual que la agrupación comandada por Máximo Kirchner lleve ese nombre. El Tío (así lo llamaban a Héctor Cámpora las jóvenes generaciones peronistas del 70) fue la principal víctima del cambio ideológico de Perón. Podría decirse que fue el último izquierdista del entorno peronista mientras el General se mantenía con vida.
En 1973, Cámpora ganó las elecciones presidenciales bajo la consigna “Cámpora a la presidencia, Perón al poder”, pero cuando Perón retornó al país lo apartó abruptamente de su cargo y erradicó toda semilla izquierdista de su entorno. El mítico hecho que representa esta postura fue la Masacre de Ezeiza (Militantes de derecha peronista armados copan el palco desde donde hablaría Juan Domingo Perón expulsando a los izquierdistas).
Pero no sólo los izquierdistas o revolucionarios fueron echados en las calles: desde su vuelta, Perón desplazó a los dirigentes revolucionarios de las posiciones del poder del Gobierno (Ministros, Secretarios y hasta Gobernadores revolucionarios fueron renunciando uno a uno). La tendencia revolucionaria se lanzó a la lucha de aparatos, en competencia con el sindicalismo y con los grupos de derecha que rodeaban a Perón.
El punto culminante de este proceso fue la ruptura pública entre Perón y los grupos de la Juventud Peronista vinculados con la organización montonera durante el transcurso del acto en conmemoración del día de los trabajadores (el 1º de mayo de 1974) realizado en la Plaza de Mayo. En un hecho que no tenía precedentes en lahistoria del peronismo, más de la mitad de las concurrentes al acto (simpatizantes de los sectores de izquierda) cuestionaron a la esposa de Perón con la consigna "Evita hay una sola" e interrumpieron el discurso del líder preguntando "¿Qué pasa general que esta lleno de gorilas el gobierno popular?". La reacción de Perón fue referirse a los jóvenes como "estos estúpidos que gritan" y recalcó la lealtad de los viejos sindicalistas mencionándolos como "sabios prudentes”. El desconocimiento del General provocó la retirada de las columnas de manifestantes que se identificaban con los montoneros y la plaza quedo semivacía, aunque el discurso de Perón no había concluido.
El kirchnersimo se encarna en esa porción del peronismo que fue humillado en el 73 y 74. Nilda Garré, Juan Abal Medina, Jorge Taiana y Héctor Timmerman son algunas de las caras más visibles del sector que acompañó ideológicamente a Perón en sus primeros dos mandatos, pero que se defraudó fuertemente con su vuelta en el 73. En el fondo, nunca le perdonarán su cambio ideológico y la humillación de Ezeiza.
Moyano, el “Che” del siglo XXI
Aunque nunca haya hecho un mal directo contra su territorio, Estados Unidos persiguió a Ernesto “Che” Guevara por toda América hasta que consiguió matarlo en Bolivia. Hablando sobre la supremacía de una ideología sobre otra, Henry Kissinger alguna vez explicó que “no se puede combatir contra una idea o ideología, o alguien que ya no esté físicamente. Siempre es necesario personificar al enemigo en una persona, demonizándolo hasta convertirlo en enemigo público”. Luego de su definición, Kissinger culminó diciendo que “Estados Unidos no quiso matar al ´Che´ Guevara, Estados Unidos quiso matar al socialismo”.
Tal como lo manifestó el ex Secretario de Estado, al kirchnerismo le sería imposible luchar contra un muerto (peor aun, si ese muerto es el personaje más paradigmático de la historia de nuestro país). Debido a esta premisa, el ala más dura del oficialismo decidió personificar su enemigo en Hugo Moyano. Hay dos puntos que justifican la elección de Cristina: 1. Hugo Moyano representa –como nadie- el peronismo de pura cepa. 2. Si hay alguien que no goza de buena imagen popular es –precisamente- el líder de la CGT.
Quienes conocen a la perfección la actualidad política de nuestro país, coinciden en que no existe un problema conciso (como lo podrían ser el salario mínimo o el impuesto a la ganancia) de una gravedad considerable que justifique la ruptura de Moyano con el Gobierno. Ni siquiera el dilema léxico “extorsión-reclamo” serviría para argumentar coherentemente esta lucha incipiente.
Para entender el enfrentamiento, resulta más conveniente apelar al cruce ideológico que ambos protagonistas mantienen. Mientras Moyano cerraba su acto en la cancha de Huracán gritando enérgicamente “Que no nos confundan, el de Perón fue el mejor Gobierno de la historia”, la Presidenta destacaba el hallazgo del cuerpo deGuillermo Vargas Aignasse (Senador tucumano de izquierda muerto durante el Proceso) recordando a su marido en un acto en Zárate. "Lo que más me impresionó es que lo encontraron en un lugar en Tucumán donde él (Néstor) fue en tren, con medio cuerpo afuera como hacía siempre. Hizo detener el tren, y depositó un ramo de flores sin saber quién estaba ahí", recordó.
Parece estar más que claro que, parafraseando a Kissinger, “el kirchnerismo no quiere terminar con Moyano, el kirchnerismo quiere terminar con el peronismo”. 
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