MINUTORIOJA. LA RIOJA
La explotación minera en Famatina ganó las primeras planas de todos los medios de comunicación riojanos. La presión social pudo más que la ridícula necedad de algunos diarios (El Independiente) o radios (Fénix); la situación de Famatina se convirtió en una problemática inevitable para todos los medios.
Ante la instalación de la Megaminería en la agenda de la sociedad riojana, los líderes políticos de nuestra Provincia no pudieron obviar el tema y se vieron obligados a manifestar públicamente sus respectivas posiciones. Apoyos y críticas se fueron sucediendo una a una. En el medio, infinitas suspicacias sobre las especulaciones que los políticos realizan día a día con encuestas de opinión en mano.
Maquiavelo es reconocido como uno de los principales estrategas políticos de la sociedad moderna. En “El Príncipe”, el autor nos revela que “cuando una problemática social toma notoriedad, es inevitable que se le sucedan varias disputas políticas”. Maquiavelo nos explica que ante las declaraciones de los políticos sobre el conflicto social en cuestión, siempre hay intereses escondidos que ‘el pueblo’ no conoce y que enfrentan a diferentes sectores políticos.
En el caso de La Rioja y el debate por la Megaminería, -una vez más- Maquivelo acertó. A medida que nuestros líderes hicieron pública su posición con respecto a Famatina, los enfrentamientos se fueron sucediendo uno a uno.
Ricardo y Néstor
En su función de Ministro de Infraestructura, Néstor Tití Bosetti se encuentra en la obligación de respaldar el proyecto minero que impulsa el Gobernador Luis Beder Herrera. Consecuentemente, su medio de comunicación (Radio Fénix) trabaja diariamente para intentar convencer a sus oyentes de las bondades de la Megaminería.
Por su parte, el intendente Ricardo Quintela protagonizó un drástico cambio en su postura. En un comienzo, apoyó ciegamente el proyecto del Gobierno Provincial; pero luego, hizo pública su disconformidad con las contaminaciones ambientales que la explotación minera acarraría. En el medio, claro, están esos “intereses escondidos” a los que se refería Maquiavelo. ¿Por qué cambió de parecer Quintela? La sociedad nunca sabrá toda la verdad.
Sin embargo, sí podemos conocer los conflictos que ese cambio de postura provocaron. De buenas a primeras, quinielistas y bosettistas se convirtieron en acérrimos rivales cuyas posiciones ideológicas están totalmente enfrentadas. Los tiempo de abrazos y festejos post electorales quedaron en el pasado.
Primer round: el medio de Bosetti acusa al quintelismo de traicionero. ¿Dónde quedó la coherencia de pensamiento? ¿Cómo se puede cambiar tan rápidamente de parecer? Se preguntan en las huestes y medios del oficialismo provincial. Habría que recordarles a esos que cuestionan duramente el ‘borocotismo’ Q que su propio jefe (Beder Herrera) incurrió en el mismo desliz. No es acaso el actual Gobernador al que se lo ve en varios videos de la web criticando fervientemente la Megaminería (cuando era impulsada por el entonces gobernador Angel Maza).
Segundo Round: el quintelismo recoge el guante y le contesta duramente a Bosetti. Trata a su medio (Fénix) de “la radio de la Osisko” y realiza una fuerte campaña de desprestigio. Los trabajos de las consultoras sobre análisis de audiencia certifican las acusaciones del municipio: el público que ostentaba Fénix ya no es el de antes y lejos quedó de ser la radio más escuchada. Sin credibilidad hace tiempo, ahora perdió la otra cualidad que supo liderar: la popularidad.
Tercer Round: sin conformarse con el descrédito comunicacional de Bosetti, Quintela arremete contra la legitimidad del cargo público del Ministro. “¿Cómo es posible el Ministerio que maneja Tití siga dándole obras a la empresa que pertenece a su hermano (Jorge Bosetti)?” Se preguntan en los medios de comunicación quintelista. La grave acusación ética y legal parece ser sólo un aviso. “Dudamos de que el ministro tenga la capacitación suficiente para el cargo. Sabemos que hay requisitos que no los cumple”, aseguran.
En lo que puede definirse como una victoria por puntos del Quintelismo, esta enfrentamiento parece ser sólo la batalla inicial que anticipa la pelea estelar: Quintela vs Beder Herrera.
El precio de la desobediencia
Hay una circunstancia que Ismael Bordagaray y Ricardo Quintela tienen en común: ambos intendentes están pagando el precio de no respetar la verticalidad. El Gobierno Provincial creyó que las piedras que tendría que saltar para concretar su proyecto provenían sólo de la resistencia social. No se imaginaban que también iban a tener que luchar contra la intransigencia de líderes comunales que estaban bajo su control.
“A Ismaelito lo paramos con controles más estrictos”, se escuchó decir en los pasillos de la Casa de Gobierno. El operativo parece haber comenzado con toda intensidad. En una reunión “exclusiva” con el diario El Dependiente, las autoridades del Tribunal de Cuentas anunciaron que el intendente de Famatina adeuda 5 millones de pesos. Más allá de los ‘juegos sucios’ de nuestra política, queda un escenario para resaltar: El diario más importante de la Provincia no tiene suficiente personal para cubrir in situ las protestas en Alto Carrizal; pero les sobra el personal, la disponibilidad temporal y espacial y las páginas del periódico para publicar una denuncia que perjudica sustancialmente a un opositor a la Megaminería.
Quintela parece ser un escollo más difícil. Al gitano no se lo puede apichonar con estrictos controles; es un viejo zorro y sabe bien como esquivarlos. La vía elegida entonces, es la judicial. Pero no contra él, claro; sino contra alguno de sus soldados. Ahora bien, ¿Quién paga el costo de realizar una denuncia que no tiene mucha coherencia ni sustento legal?. La respuesta es fácil: algún servidor que no pertenezca a nuestro partido pero que esté bajo nuestro mando por esos intereses que mencionaba Maquiavelo. Si, acertó, el mismo de siempre: Guillermo Galván.
Lejos estamos de que la novela Minera llegue a su fin. Mucha sangre correrá por el río antes de que eso suceda. En el camino, muchos líderes políticos sufrirán graves heridas. Habrá que ver cuáles sobreviven y cuáles se convierten en víctimas de Famatina. Porque –como dice Maquivelo- “un buen político no es aquel que triunfa cuando todo está bien, sino aquel que sale ileso de las peores problemáticas sociales”.