viernes, 6 de enero de 2012

AMADO A LA PRESIDENCIA, MÁXIMO AL PODER

REVISTA MAGNA. BUENOS AIRES

En 1973, Héctor Cámpora llegó a la presidencia bajo la consigna “Cámpora a la presidencia, Perón al poder”. Curiosamente, hoy es el líder de agrupación La Cámpora el que estará en ese lugar.
A partir del miércoles –y por el lapso de 20 días- el Presidente de la República Argentina será Amado Boudou. Debido al cáncer de tiroides que padece Cristina, el Vicepresidente deberá tomar posesión del sillón de Rivadavia hasta que la Presidenta se recupere (sino sucede ningún imprevisto, la fecha estimada es el 24 de enero). Si bien es cierto que se trata de un cáncer menor que –a priori- tiene una segura curación, el temor que conlleva la palabra ‘cáncer’ y las muertes que vienen sacudiendo al kirchnersimo en los últimos tiempos (Néstor, el hijo de Máximo, la pareja de Alicia, Ivan Heyn y Carlos Soria) impregnaron en el ambiente una preocupación latente por la situación de Cristina.
Lo cierto es que Amado guiará los destinos de nuestro país en el primer mes del año y surgió cierta incertidumbre sobre cuál será la conducta del ex Ministro de Economía mientras comande el timón. La lógica indicaría que aplicará una estricta obediencia a los kirchneristas más puros, pero su condición de ex liberal agregada al desacuerdo con La Cámpora por las corridas del dólar a principios de diciembre hizo dudar a algunos sobre su sumisión al Gobierno.
¿Quién es Amado?Imagen: losandes.com.arImagen: losandes.com.ar
La historia reciente nos dice que Boudou recibió un duro golpe en su confianza cuando Cristina decidió elegir como candidato a Jefe de Gobierno Porteño a Daniel Filums, desplazándolo a él y a Tomada (que fue candidato a vice de Filmus). Esa mala noticia se borró rápidamente cuando llegó el anuncio sobre el vicepresidente que acompañaría a Cristina en el presente período.
Si nos remontamos en el tiempo y nos referimos a los comienzos políticos de Boudou, encontraremos que ingresó a la política al terminar el secundario en el Colegio San Alberto del Barrio Los Troncos. Luego en la Facultad de Económicas integró la Unión para la Apertura Universitaria -agrupación universitaria vinculada a la UCeDé-. Según eldiario Perfil, en la militancia en la UceDé conoció al actual titular del ONCCARicardo Echegaray, referente liberal en la Facultad de Derecho.
Aunque al kirchnerismo le cueste asumirlo, Boudou –en sus comienzos- era un seguidor de las ideas liberales de la economía argentina y mundial. Al respecto, la semana pasada circundó el ambiente político una frase que entristeció y alarmó a varios referentes “K”: “Un liberal ex partidario de la UCEDE será el Presidente de un Modelo Nacional y Popular”.
Más allá del pasado del actual Vicepresidente, lo que le interesa a Cristina es cómo actuará en el período que ella deba ausentarse. La Presidenta no duda que su ‘predilecto’ será totalmente consecuente con los ideales y principios del kirchnerismo. Vale recordar que Boudou no representa una pieza del engranaje “K”, es –más bien- una especie de “capricho” de la Presidenta.
Ante reiteradas prevenciones de kirchneristas de la primera hora sobre los orígenes del economista, Cristina siempre siguió su instinto. Por algún motivo (del que no se tiene precisión 100%), la Presidenta confió ciegamente en el ex Ministro al punto de llegar a ponerlo como Vicepresidente. Tal es la confianza que ella posee sobre Amado, que se permite arrojar bromas como “Guarda con lo que hacés” frente a todos los gobernadores justicialistas.
Rebelión improbable
El sector más escéptico del oficialismo teme que Amado pretenda aprovechar la estadía en el despacho presidencial para aglutinar un protagonismo exacerbado que le permita plantarse –de cara al futuro- como una alternativa al kirchnerismo. Es interminable la lista de vicepresidentes que decidieron revelárseles a sus respectivos líderes en pleno mandato.
Cristina sabe bien de que se trata: tuvo que convivir con la enemistad de Julio Cobos durante tres años en su primer mandato. “No queremos repetir la experiencia” se escucha en la Rosada, donde todavía no terminan de exterminar el fantasma de Cobos.
Este mismo grupo de kirchneristas ‘desconfiados’ son los que recuerdan la buena relación de Boudou con Moyano (hoy enemigo número uno del Gobierno) y el alejamiento con La Cámpora por el enfrentamiento que protagonizó con Mercedes Marcó Del Pont debido a la corrida de dólares.
Sin embargo, quienes conocen en la intimidad a Boudou aseguran que sería incapaz de traicionar a Cristina. El Vicepresidente sabe que la lealtad es una condición inquebrantable que cualquier político debe cumplir para triunfar en Argentina.
Sabiendo de la lealtad de Boudou y teniendo en cuenta que Cristina estará convaleciendo se desprende –naturalmente- un interrogante: ¿A quién obedecerá quien comandará al país durante 20 días? Conociendo la personalidad de Cristina, es probable que deje escrito lo que se deba hacer día por día pero la vigorosidad de la política argentina seguramente le brindará a Boudou la oportunidad/desafío del surgimiento de un problema impredecible. ¿A quién consultará entonces el flamante Presidente?
El concepto arraigado de Dinastía Familiar que mantuvo el kirchnerismo desde sus comienzos ayuda a despejar la incertidumbre. Varios dirigentes que pertenecen (o pertenecieron) al Gobierno, coinciden en que Cristina sólo consulta las decisiones más importantes a sólo dos personas: su hijo Máximo y Carlos Zannini (ideólogo del proyecto junto con Néstor Kirchner).
Máximo Kirchner será la persona que más presión tenga mientras su madre esté de licencia por la operación. Tanto él, como Zannini están acostumbrados a aconsejar, pero no a tener la última palabra y tomar la decisión, esa tarea siempre estuvo en manos de Néstor (mientras vivía) y de Cristina después.
El hijo de la Presidenta deberá mantener la calma y aprobar satisfactoriamente el primer examen ejecutivo que tendrá en estos 20 días; debido a que el mismo podría convertirse en una prueba para anticipar lo que vendrá más adelante cuando Cristina no pueda ser reelecta.
La primera mandataria llegó al cargo de presidente por su relación familiar con Néstor. Ahora le tocó a ella elegir a un sucesor (temporal) y –amén de los rótulos institucionales- será Máximo el que guíe al país mientras la Presidenta se ausente. Néstor antes y Cristina ahora creen que el timón siempre debe ser manejado por uno mismo o –en su defecto- por alguien de extrema confianza que piense como uno. En el mundo “K”, sólo un familiar parece responder a esa condición.
...