Tweet
REVISTA MAGNA. BUENOS AIRES
Amado Boudou, Carlos Zannini y Máximo Kirchner serán las tres personas con más influencia en el segundo mandato de la Presidenta. Moreno y De Vido quedarían afuera.
Si hay algo que dejaron las pasadas internas del 14 de agosto es la sensación –concreta- de que el próximo 23 de octubre la elección presidencial será un mero acto protocolar en el que Cristina Fernández de Kirchner conseguirá –formalmente- su reelección como Presidenta de todos los argentinos para gobernar hasta el 10 de diciembre del 2015.
Cuando le sumamos a dicho escenario el agravante de que la oposición se encuentra inmersa en un mar de dudas y desconcierto que provocan una notable acefalía en la consagración de un líder opositor que se consolide como segundo, llegamos a la conclusión de que no encontramos ningún atractivo importante para centrar nuestra atención en las presidenciales de octubre.
El mismo técnico, ¿los mismos jugadores?
Aunque es un hecho irreversible que Cristina seguirá en el liderazgo del poder, no todo está dicho en cuanto a sus “acompañantes”. Podemos afirmar ciegamente -sin temor a equivocarnos- que no se producirá un cambio radical en las políticas llevadas a cabo por la Presidenta. El 50% de los argentinos respaldó ésta gestión; no habría razones para producir cambios.
Sin embargo, por los movimientos que se vislumbran en el seno más íntimo de la Presidenta; se presumen un par de cambios importantes en el gabinete de la gestión 2011-2015.
Más allá de la veracidad de esta versión, es un hecho que el actual Ministro de Economía cumplirá un rol determinante en la próxima gestión y no se limitará a los quehaceres legislativos. Quienes conocen a la Presidenta, aseguran que Boudou posee un nivel de influencia sobre Cristina similar al que Alberto Fernández gozaba sobre Néstor en el mejor momento de su relación.
Nadie duda de que el carismático y “rockero” funcionario seguirá comandando la economía nacional, sin importar cuál sea el título formal de su cargo. El kirchnerismo sabe que la imagen positiva de la que goza la presidenta en la actualidad se debe –entre otras cosas- al buen pasar del bolsillo de la gran mayoría de los argentinos.
Para comprender la magnitud del peso que tendrá Boudou en la próxima gestión, vale mencionar que muchos funcionarios “K” admiten que “Amado ha hecho tan bien las cosas que ha llegado a presenciar las reuniones íntimas de la Presidenta con el ‘chino’ Zannini”. Recordemos que el secretario legal y técnico de la presidencia es el creador (junto con el mismísimo Néstor) del Proyecto Nacional desde los comienzos del kirchnerismo en Santa Cruz (Para quienes no conozcan a Carlos Zannini, recomendamos la lectura –cuasi obligatoria- del artículo ¡Son los legisladores, estúpido!).
Precisamente sobre Zannini se vuelca la mayor incertidumbre de los nombramientos de la próxima gestión. La realidad indica que el “chino” seguirá siendo tan influyente como hasta ahora; la duda es si lo seguirá siendo desde las sombras en un cargo menor como hasta ahora, o se le dará un lugar importante para que comience a tomar popularidad.
Zannini no es una persona que necesite de los flashes; su seguridad personal le permite preferir la tranquilidad del desconocimiento público. Sería a la propia Cristina a la que le gustaría contar con Zannini en un cargo importante para no sentirse sola frente a “posibles” tormentas. Por el momento, todo seguiría como hasta ahora. “Hasta que no aparezcan los problemas, no es necesario exponerme”, parecería ser el pensamiento de Zannini.
Dos históricos que dirán adiós
En este sentido, hay que tener en cuenta un nombre que tomará una popularidad inimaginable a partir del año que viene: Ivan Heyn, un economista de 33 años que pertenece a La Cámpora (agrupación bajo el comando de Máximo Kirchner); tiene una relación profunda y fuerte con Zannini y Boudou y es un hecho que tendrá participación en la próxima gestión. Su misión será diagramar el plan que sucederá las gestiones de Moreno y De Vido; todavía no se sabe con precisión cuál será su cargo.
El triunvirato influyente que tendrá Cristina (que hasta aquí conforman Boudou y Zannini) lo completa su hijo Máximo. El hijo mayor de los Kirchner es –como su padre- un apasionado de la política y supo llenar el vacío que dejó la muerte de Néstor. Su participación en la próxima gestión de Cristina quedó demostrada cuando se juntó (allá por marzo y abril) interminables veces con Zannini para diagramar las listas de diputados y senadores del Frente Para la Victoria en las distintas provincias. La gran incorporación de militantes de La Cámpora en dichas listas fue un gran poroto que Máximo sumó para comenzar a construir su potencial político de cara al futuro.
A propósito del futuro de Máximo, quienes piensan a largo plazo y creen que la Presidenta no reformará la constitución para ir por su re-reelección en el 2015; aventuran que su hijo sería el indicado para buscar la continuidad del kirchnerismo en el poder. Si bien resulta un poco apresurado el vaticinio, vale decir que el concepto de “dinastía familiar” es un principio básico en los Kirchner; así lo demostró Néstor cuando tuvo que elegir a su sucesor en el 2007.
Seguramente, el resultado de la participación activa que tendrá Máximo en la futura gestión de Cristina nos dará un indicio sobre la veracidad o no de dicha predicción. Como siempre, sólo el tiempo se encargará de dilapidar las dudas